Mi barco
Me aburrí de remar para poder avanzar, la carga era muy pesada y solo logramos "avanzar" en círculos. Pero no me aburrí al primer intento, pasaron muchos años de remadas frustradas y remedios para el mareo (que no me ayudaban mucho, quizás por esto vomitaba cada día un conejito negro)
Un buen día te saliste de mi barco, al principio me asusté porque lo sentí muy ligero y dejamos de dar vueltas. Ahí me di cuenta que no era yo ni mi hija, ahí me di cuenta que eras tu.
Mientras no estabas tuve tiempo de pensar y decidir.
Cuando volviste sentí ese gran peso y comenzamos a dar vueltas nuevamente...círculo, círculo, infinito.
Confirmadas mis dudas te pedí que te bajaras de mi barco pero esta vez para siempre.
Desde ese día he dado la vuelta al mundo 80 veces!
Tan tan.
*Frase dedicada y en espera de un comentario patético.